Medidas agroambientales y conservación de la biodiversidad: Limitaciones y perspectivas de futuro
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Resumen
Concepción, E.D., Díaz, M. (2013). Medidas agroambientales y conservación de la biodiversidad: Limitaciones y perspectivas de futuro. Ecosistemas 22(1):44-49. Doi.: 10.7818/ECOS.2013.22-1.08
Las medidas agroambientales se consideran la principal herramienta disponible para frenar la pérdida de biodiversidad asociada a la intensificación de la agricultura. Sin embargo la cuestión sobre si constituyen o no una herramienta adecuada para cumplir este objetivo continúa siendo objeto de debate científico. Las evaluaciones realizadas hasta el momento ofrecen resultados muy variables al respecto. En general, las medidas resultan efectivas cuando su objetivo es la conservación de especies concretas en regiones bien delimitadas, pero esta efectividad suele ser menor cuando sus objetivos son más amplios, como la conservación de la biodiversidad en un país o región. Se han propuesto varias razones para explicar las limitaciones observadas con el fin de mejorar la efectividad de las medidas. En primer lugar se encuentra la dificultad de diseñar prescripciones que beneficien a conjuntos de especies con requerimientos diferentes e incluso contrastados. Otra de las principales limitaciones de las medidas agroambientales es su aplicación a escala local (campos de cultivo), lo que restringe su capacidad para compensar los efectos paisajísticos o regionales de la intensificación agrícola o de otros cambios de uso. Finalmente, las relaciones no lineales entre intensificación agrícola y diversidad a varias escalas espaciales y sus efectos interactivos implican que la efectividad de las medidas pueda variar dependiendo del grado de extensificación de la medida y del sistema en que se aplica. Es necesario que los programas agroambientales adopten un enfoque a múltiples escalas espaciales, combinando la extensificación de las prácticas agrícolas con la conservación del paisaje agrario. Las medidas de conservación más adecuadas en cada caso dependerán del contexto paisajístico, así como del nivel de intensificación del sistema agrícola de interés. En sistemas agrícolas intensivos, con niveles intermedios de complejidad paisajística, se deberían aplicar medidas genéricas basadas en la reducción de la intensidad de los usos agrícolas, y dirigidas al mantenimiento de los servicios ecosistémicos que desempeñan los organismos que albergan. Los sistemas agrícolas complejos requieren el mantenimiento de los usos tradicionales extensivos que garantizan la conservación de paisajes complejos con niveles elevados de biodiversidad, en combinación con medidas específicas para las especies amenazadas presentes en los mismos. Para ello podrían utilizarse herramientas de la Política Agraria Común (PAC), como la condicionalidad o los programas para áreas de alto valor natural, así como medidas específicas de planificación territorial dirigidas a fomentar la heterogeneidad y la conectividad en los paisajes agrícolas.
Abstract
Concepción, E.D., Díaz, M. (2013). Agri-environment schemes and biodiversity conservation: Limits and perspectives. Ecosistemas22(1):44-49. Doi.: 10.7818/ECOS.2013.22-1.08
Agri-environment schemes (AES) are considered the main available tool to counteract the loss of biodiversity linked to agricultural intensification. However, it is still debated whether or not they constitute a suitable tool to accomplish this objective. Evaluations so far developed have produced mixed results. In general, AES have resulted effective for the conservation of concrete species in delimited regions. Nevertheless, AES with wider objectives, such as the conservation of biodiversity in a whole country or region, have lower effectiveness. Several reasons have been proposed to explain these limitations in order to improve AES effectiveness. First, the design of measures able to benefit species with different or even contrasted requirements is difficult. Another limitation of AES is their application at local scale (agricultural fields), which reduce their ability to compensate the effects of agricultural intensification and other land-use changes at landscape or regional scales. Lastly, non-linear relationships between agricultural intensification and diversity at various spatial scales and their interactive effects imply that AES effectiveness may vary depending on the degree of extensification of the measures and the system where they are applied. Agri-environmental programmes should adopt a multi-scale approach which combines the extensification of agricultural practices with the conservation of agricultural landscapes. Most suitable conservation measures will depend on the landscape context and the intensification level of the agricultural system where they are being applied. In intensive agricultural systems, with intermediate levels of landscape complexity, general measures based on the reduction of the intensity of agricultural activities should be applied. These measures would be directed to the maintenance of the ecosystem services that biodiversity provides. Complex agricultural systems require the maintenance of traditional, extensive land-uses that guarantee the conservation of complex landscapes with high biodiversity levels, in combination with specific measures for endangered species that these systems harbour. To this end tools already included within the Common Agricultural Policy (CAP), such as cross-compliance or programmes for high nature value areas, as well as specific land-planning measures aimed at promoting landscape heterogeneity and connectivity could be used.